España y otro país no es para cualquiera dicen algunos las mujeres guerreras que se han rifado

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Muchas mujeres de comunidades remotas de Nicaragua en el pacífico y la Costa Caribe han tomado la decisión de buscar nuevos horizontes en otros países como España, Panamá, otros se aventuran a cruzar la frontera de México para entra ilegal a Estados Unidos, otros a Costa Rica, pero esos lugares fuera de tu patria no son para cualquiera, a unas le ha tocado sufrir y otras han llegado directo a trabajar.

Kenia Lizeth Gonzales tuvo que salir de su comunidad hace tres años rumbo a España, una vecina le presto 4 mil dólares al 10 por ciento de e interés, ella vivía en una comunidad remota de Nueva Segovia en Gualacatu, donde dejo a su hija al cuidado de su mama y alisto maletas para ir al viejo continente.

Su llegada a España un fue nada fácil tuvo que pasar unos seis meses buscando trabajado y sufriendo por que los intereses del prestamos iban para arriba solo tenía un trabajo de medio tiempo que le ajustaba solo para pagar la renta y comer.

Esos primeros seis meses en España fueron terribles, pues muchas veces no tenía dinero para comparar sus alimentos y tenía que ajustar hasta los centavos para comprar el aceite y el arroz en el supermercado donde iba con mucha pena, pero ni había de otra, lagrimas, temor, sufrimiento vivió Gonzáles.

Pero una vez que consigue el trabajo que le generaba unos 900 euros al mes comenzó a ahorrar para pagar su deuda que llego a cancelar casi los 9 mil dólares, con la ayuda de su mama que vendió unos animales para salir de la deuda.

Kenia se fue porque quería un mejor futuro para su hija, ya que en su comunidad trabajando de sol a sol en las plantaciones de tabaco con costo llegaba a 3 mil córdobas al mes, en Nicaragua se trabaja solo para sobrevivir.

Kenia recuerda que cuando llego la compañera que le alquilo el dinero la llego a traer y la dejo en una habitación con unos muchachos que ella no conocía y luego la dejaba sola en una habitación porque ella tenía que ir a trabajar, y allí comenzó el calvario, porque le dejaba 150 euro para pagar la habitación y para comer, al día siguiente con los ojos llorosos arrepentida de haber viajado, pero Dios nunca la abandonó.

A los cuatro meses de trabajar a medio tiempo y ganar para hotel y comida logro conseguir un trabajo de jornada completa, con dormida adentro solo así podía pagar su deuda que tenía 8 meses de intereses, solo se dejaba 50 euros para algunos gastos y salió de su deuda.

Después de 3 años y medio Kenia esta en trámites de residencia y permiso de trabajo, se siente en mejores condiciones, pero ella recomienda a las mujeres que quieren salir de su comunidad que primero se informen bien y no vayan a caer en manos de personas que buscan como aprovecharse de ellas.

Kenia quería regresar y buscar cómo ir con su hija a Estados Unidos, pero la muerte de un papa y su niña de nacionalidad salvadoreña, la detuvo y prefiere mejor estar sola en España y no arriesgar a su hija.

Kenia dice que otras amigas tuvieron que vender su casa para poder pagar la deuda del viaje y muchas mujeres han pasado por esa situación difícil, “por eso digo que España no es para cualquiera”, recuerda con mucha seguridad.

En Siuna, otra mujer que solo la mencionaremos como Rosa nombre ficticio, que decidió abandonar el país y buscar mejores alternativas de vida en España, dijo que ella ya tenía todo arreglado con una amiga y a los 8 días de haber llegado a España consiguió trabajo y no fue nada difícil, pero acepta que otras mujeres han pasado por situaciones muy difícil.

Otras Siuneñas se fueron a Panamá donde trabajan muy duro para poder recoger algo de dinero y ayudar a sus familias.

En Siuna mas de 400 mujeres han abandonado la ciudad para buscar mejores horizontes en Panamá, España, Costa Rica, porque consideran que en Nicaragua solo se trabaja para comer.

Pero ninguno de esos países se llega y todo esta listo esperando para la prosperidad, muchos pasan dificultades uno y dos años para luego comenzar a ver el sol claro, otras se han regresado por que no aguantan el ácido como se dice popularmente.

En todos los casos los hijos de estas mujeres les han dicho que no quieren que le sigan comprando más ropa y zapatos que lo que quieren es estar con ellas que las extrañan, esos es lo que más les duele a estas mujeres guerreras que se van por mundo en busca de un mejor futuro para sus hijas e hijos.

Comunicador/a Intercultural

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