32 años del atentado que sufrió Monseñor Pablo Schmitz
El primero de enero de 1990 un atentado que ejecuto la contrarrevolución en contra de su eminencia reverendísima Monseñor Pablos Schmitz, quien fungía como obispo auxiliar del vicariato de Bluefields, dejo como resultado dos hermanas mueren en el atentado, en el ojo de Agua, jurisdicción del municipio de Siuna, en el Caribe Norte.
Hoy se cumplen 32 años de la emboscada de Ojo de Agua donde perecieron dos queridas religiosas de la Misión de Santa Inés. Era el 1 de enero de 1990 y un grupo de religiosas, acompañado por el Obispo auxiliar de Bluefields en la Región Autónoma del Atlántico Sur, monseñor Pablo Smith, viajaba de Managua hacia Bilwi donde sostendrían una reunión pastoral, cuando fueron emboscados por un grupo armado en la comarca Ojo de Agua en la vía Siuna-Rosita, donde perecieron las hermanas Mauren Courtney y Teresa Rosales. En esa misma emboscada la hermana Francisca Colomer y el Obispo auxiliar, monseñor Pablo Smith, resultaron gravemente heridos.
Maureen Courtney fue una religiosa norteamericana que nació el 15 de mayo de 1944, y Teresa Rosales nació el 28 de mayo de 1965, ambas murieron en el ataque con bombas y armas de alto calibre durante los últimos estertores de la guerra civil, que desangró a los nicaragüenses durante casi diez años.
La madre Katy Schilling, amiga de infancia en Estados Unidos de Maureen Courtney, recuerda que ella la invitó a venir a Nicaragua a trabajar en la educación especial de los niños y niñas miskitas del Caribe.
Al momento de morir, la hermana Maureen Courtney llevaba 25 años de vida religiosa, y fue quien animó a la hermana Katy Schilling para que llegara a trabajar con los niños especiales en Bilwi.
Maureen Courtney y Teresa Rosales.
Religiosas de la congregación de Santa Inés asesinadas en Nicaragua en acto de servicio pastoral, por la “contra”, en Ojo de Agua, Bluefields.
Maureen, norteamericana de 45 años, hace doce que trabaja entre los misquitos como enfermera y en pequeñas cooperativas.
Teresa es miskita nicaragüense, tiene 24 años y lleva cinco de religiosa. “Maureen, sencilla, entregada, habla perfectamente el miskito. Ecuménica por convicción, habla de la religiosidad de su pueblo, sea católico o moravo. Cuenta de las dificultades de la única clínica, sin médico ni medicinas.
Aquel atardecer, en una camioneta conducida por Maureen, viajan Teresa, la hermana Francisca Colomer y el obispo auxiliar, Pablo Schmitz, hacia Puerto Cabezas, para una reunión de pastoral. En el camino entre Siuna y Rosita, son emboscados con granadas y armas de grueso calibre. Maureen y Teresa mueren al instante. Francisca y el obispo Pablo quedan heridos gravemente. Los vecinos escuchan los disparos y la explosión y alertan al ejército sandinista, que recoge cadáveres y heridos. Ante el sacrificio de sus hermanas, las religiosas de Bluefields renuevan su compromiso de mayor fidelidad al Señor y al pueblo, mientras Maureen y Teresa entran a la casa del Padre (+1990).
EL PERDON 15 AÑOS DESPUÉS
Este año el Monseñor Pablo Schmitz, fue despedido con diferentes eventos en la Costa Caribe en Siuna las autoridades hicieron un homenaje a monseñor Pablo por sus 50 años de vida pastoral en el Caribe.
Monseñor Pablo Schmitz, dijo en ese a diferentes medios de comunicación que su mayor satisfacción en estos años de labor, es un acto que hizo 15 años después del atentado en su contra.
Una delegación de la comunidad del Ojo de Agua llegó poco antes de realizar la bendición a la iglesia de Fátima en la Luz en horas de la tarde, le dijeron que llegaron a pedirle perdón, porque parte de la comunidad dio albergue y algunos comunitarios habían participado en el atendado aquel 1 de enero de 1990.
Hablamos de que es el perdón y después ellos pidieron una penitencia por que sentían que era un gran pecado lo que había pasado, y ellos decidieron hacer un viacrucis, y seria de Siuna hasta el ojo de Agua y son 23 kilómetros es mucho para un viacrucis les dijo el monseñor.
Luego dijo que lo hicieroa del Ojo de Agua hasta Coperna, y esa penitencia comunitaria se hace cada año en semana santa, ese acto es lo que me dio más satisfacción que cualquier otro momento, dijo el monseñor Pablo Schmitz.
32 years of the attack suffered by Monsignor Pablo Schmitz
On January 1, 1990, an attack carried out by the counterrevolution against His Eminence Most Reverend Monsignor Pablos Schmitz, who served as auxiliary bishop of the vicariate of Bluefields, resulted in two sisters dying in the attack, in the eye of Agua, jurisdiction of the municipality of Siuna, in the North Caribbean.
Today marks the 32nd anniversary of the Ojo de Agua ambush where two dear nuns from the Mission of Santa Inés perished. It was January 1, 1990 and a group of religious, accompanied by the Auxiliary Bishop of Bluefields in the South Atlantic Autonomous Region, Monsignor Pablo Smith, was traveling from Managua to Bilwi where they would hold a pastoral meeting, when they were ambushed by an armed group in the Ojo de Agua region on the Siuna-Rosita road, where sisters Mauren Courtney and Teresa Rosales perished. In that same ambush, Sister Francisca Colomer and the Auxiliary Bishop, Monsignor Pablo Smith, were seriously injured.
Maureen Courtney was an American nun who was born on May 15, 1944, and Teresa Rosales was born on May 28, 1965, both died in the attack with bombs and high-caliber weapons during the last death throes of the civil war, which bled to Nicaraguans for almost ten years.
Her mother Katy Schilling, a childhood friend of Maureen Courtney in the United States, remembers that she invited her to come to Nicaragua to work in special education for Miskito children in the Caribbean.
At the time of her death, Sister Maureen Courtney had 25 years of religious life, and it was she who encouraged Sister Katy Schilling to come to work with the special children in Bilwi.
Maureen Courtney and Teresa Rosales.
Nuns of the Santa Inés congregation murdered in Nicaragua in an act of pastoral service, by the “contra”, in Ojo de Agua, Bluefields.
Maureen, a 45-year-old American, has been working among the Miskito for twelve as a nurse and in small cooperatives.
Teresa is a Nicaraguan Miskita, she is 24 years old and has been a religious for five years. “Maureen, simple, dedicated, speaks Miskito perfectly. Ecumenical by conviction, she speaks of the religiosity of her people, whether Catholic or Moravian. She tells of the difficulties of the only clinic, without a doctor or medicine.
That evening, in a truck driven by Maureen, Teresa, Sister Francisca Colomer and the auxiliary bishop, Pablo Schmitz, traveled to Puerto Cabezas for a pastoral meeting. On the way between Siuna and Rosita, they are ambushed with grenades and large-caliber weapons. Maureen and Teresa die instantly. Francisca and Bishop Pablo are seriously injured. Neighbors hear the shots and the explosion and alert the Sandinista army, which collects the bodies and the wounded. Faced with the sacrifice of their sisters, the Bluefields nuns renew their commitment of greater fidelity to the Lord and the people, while Maureen and Teresa enter the Father’s house (+1990).
FORGIVENESS 15 YEARS LATER
This year Monsignor Pablo Schmitz was fired with different events on the Caribbean Coast in Siuna, the authorities paid a tribute to Monsignor Pablo for his 50 years of pastoral life in the Caribbean.
Monsignor Pablo Schmitz, said in that to different media that his greatest satisfaction in these years of work is an act that he did 15 years after the attack against him.
A delegation from the Ojo de Agua community arrived shortly before blessing the church of Fátima in la Luz in the afternoon, they told them that they came to ask for forgiveness, because part of the community gave shelter and some community members had participated in the one attended that January 1, 1990.
We talked about what forgiveness is and then they asked for a penance because they felt that what had happened was a great sin, and they decided to make a Stations of the Cross, and it would be from Siuna to the Eye of Water and it is 23 kilometers is a lot for a Stations of the Cross. the monsignor told them.
Then he let them do it from Ojo de Agua to Coperna, and that community penance is done every year at Easter, that act is what gave me more satisfaction than any other time, said Monsignor Pablo Schmitz.