El Papa preside el Vía Crucis de este año en la Plaza de San Pedro

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El Viernes Santo 10 de abril, en torno a las 9 de la noche, el Papa Francisco ha presidido la celebración del Vía Crucis en una Plaza de San Pedro en el Vaticano completamente vacía y no en el Coliseo de Roma como tradicionalmente se viene realizando, debido a las restricciones adoptadas tras la emergencia sanitaria por coronavirus. Ha comenzado junto al obelisco que se encuentra en medio de la Plaza de San Pedro con la primera estación hasta terminar en el atrio de la Basílica Vaticana. Al finalizar las estaciones, el Santo Padre ha impartido la Bendición Apostólica.

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Al termine del Vía Crucis, el Papa Francisco ha impartido la Bendición Apostólica.

El de este año es un Vía Crucis en memoria de todos presos, que en el silencio de las prisiones, la voz de uno desea convertirse en la voz de todos.

El Viernes Santo 10 de abril, en torno a las 9 de la noche, el Papa Francisco ha presidido la celebración del Vía Crucis en una Plaza de San Pedro en el Vaticano completamente vacía y no en el Coliseo de Roma como tradicionalmente se viene realizando, debido a las restricciones adoptadas tras la emergencia sanitaria por coronavirus. Ha comenzado junto al obelisco que se encuentra en medio de la Plaza de San Pedro con la primera estación hasta terminar en el atrio de la Basílica Vaticana. Al finalizar las estaciones, el Santo Padre ha impartido la Bendición Apostólica.

Las meditaciones de las XIV estaciones que recorrió Jesús desde el pretorio hasta al Monte Calvario este año han sido propuestas por la capellanía del Centro Penitenciario de cumplimiento “Due Palazzi” de Padua. Aceptando la invitación del Papa Francisco, catorce personas meditaron sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, actualizándola en su propia vida. Entre ellas figuran cinco personas detenidas, una familia víctima de un delito de homicidio, la hija de un hombre condenado a cadena perpetua, una educadora de instituciones penitenciarias, un juez de vigilancia penitenciaria, la madre de una persona detenida, una catequista, un fraile voluntario, un agente de policía penitenciaria y un sacerdote que fue acusado y ha sido absuelto definitivamente por la justicia, tras ocho años de proceso ordinario.

Junto a los presos en el camino de la Cruz

“Acompañar a Cristo en el camino de la cruz, con la voz áspera de las personas que habitan el mundo de las prisiones, es una oportunidad para presenciar el prodigioso duelo entre la vida y la muerte, descubriendo cómo los hilos del bien se entrelazan inevitablemente con los del mal”. Con estas profundas palabras comienza la introducción de las meditaciones del Vía Crucis de este año. Los textos, recogidos por el capellán del Instituto Penitenciario “Due Palazzi” de Padua, Don Marco Pozza, y por la voluntaria Tatiana Mario, han sido escritos en primera persona, pero están destinados a dar voz a todos aquellos que, en el mundo, comparten la misma condición.

El de este año, por tanto, es un Vía Crucis en memoria de todos presos, que en el silencio de las prisiones, la voz de uno desea convertirse en la voz de todos.

The Pope presides over this year’s Via Crucis in Saint Peter’s Square

At the end of the Via Crucis, Pope Francis has imparted the Apostolic Blessing.

This year’s is a Way of the Cross in memory of all prisoners, who in the silence of the prisons, the voice of one wishes to become the voice of all.

On Good Friday, April 10, around 9 p.m., Pope Francis has presided over the celebration of the Way of the Cross in a completely empty St. Peter’s Square in the Vatican and not in the Colosseum in Rome as traditionally carried out, due to the restrictions adopted after the coronavirus health emergency. It has started next to the obelisk that is in the middle of Saint Peter’s Square with the first station until ending in the atrium of the Vatican Basilica. At the end of the seasons, the Holy Father has imparted the Apostolic Blessing.

The meditations of the XIV stations that Jesus traveled from the Praetorium to Mount Calvary this year have been proposed by the chaplaincy of the “Due Palazzi” Penitentiary for compliance in Padua. Accepting the invitation of Pope Francis, fourteen people meditated on the Passion of Our Lord Jesus Christ, updating it in their own lives. They include five detainees, a family victim of a homicide crime, the daughter of a man sentenced to life in prison, an educator of penitentiary institutions, a prison surveillance judge, the mother of a detained person, a catechist, a friar volunteer, a prison police officer and a priest who was accused and has been definitively acquitted by justice, after eight years of ordinary process.

Along with the prisoners on the way to the Cross

“Accompanying Christ on the way of the cross, with the harsh voice of the people who inhabit the world of prisons, is an opportunity to witness the prodigious duel between life and death, discovering how the threads of good inevitably intertwine with those of evil. ” With these profound words begins the introduction to this year’s Via Crucis meditations. The texts, collected by the chaplain of the “Due Palazzi” Penitentiary Institute of Padua, Don Marco Pozza, and by the volunteer Tatiana Mario, have been written in the first person, but are intended to give voice to all those who, in the world, they share the same condition.

This year’s, therefore, is a Way of the Cross in memory of all prisoners, who in the silence of the prisons, the voice of one wishes to become the voice of all.

 

Tomado de Vatican News

Comunicador/a Intercultural

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