Día Internacional del periodista en honor a Julius Fusick
En el día Internacional del periodista en honor al periodista Checo Julius Fusick, comparto con ustedes un trabajo publicado por Status Comunicaciones sobre este escrito y periodista que fue asesinado por los Nazis en Alemania
Todo escritor, periodista y hombre de letras ha tenido que leer el libro “Reportaje al pie del patíbulo” del renombrado escritor y periodista checo Julius Fucik, quien escribió la obra, hoja por hoja, antes de ser ahorcado por las tropas nazis en la Segunda Guerra Mundial. Julius Fucik fue un cooperativista checo, miembro del Partido Comunista que fue detenido por la Gestapo cuando estaba al frente de la resistencia y posteriormente ejecutado por los nazis. Es célebre su obra “Reportaje al pie de la horca (nombre original), testimonio póstumo contra el fascismo y que ha sido traducido a 80 idiomas. Fucik nació el 23 de febrero de 1903 en Smichov, barrio obrero de Praga, capital de la entonces territorio del imperio austro-húngaro, hoy naciones como República Checa y Eslovaquia. Pero, Smichov está en República Checa.
Trabajó como tornero y luego en la fábrica de Ringhofer. Le gustaba el canto y actuaba en distinto teatros. Era un intelectual de su época.
En 1914, cuando estalla la Primera Guerra Mundial. Sus biógrafos afirman que Fucik ingresa en el Instituto de Segunda Enseñanza, editando “El Eslavo”, su primer periódico juvenil a los 12 años que en realidad era un periódico escolar. También editó “El Checo”.
El primero de mayo de 1918, un año después de la Revolución Rusa, participó de la manifestación obrera en Plezn, ciudad que albergaba a la famosa fábrica Skoda, acompañado de varios de sus compañeros de estudio. La proclamación de la república encontró a Fucik, ilusionado con las fuerzas que derrocaron al imperio austro-húngaro al final de la Primera Guerra Mundial.
Probablemente las lecturas de su compatriota Franz Kafka como “La Metamorfosis” y “El Proceso” influenciaron en su forma de pensar.
En 1920 fue miembro de la cooperativa que editaba “Pravda” (La Verdad) en Plezn. También se afilió al Partido Comunista y comenzó sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de Praga. Escribe en varios periódicos, “El Socialista”, “La Fuente” y “La Vanguardia”. Además en el 25 comenzó a publicar informaciones sobre espectáculos teatrales en el periódico “El Derecho Rojo”, órgano central del Partido Comunista de Checoslovaquia.
Como cooperativista aprendió los principios y valores del nuevo movimiento basado en una economía social y solidaria. Sus ideas sobre el socialismo coinciden con los principios del cooperativismo.
Periódicamente viajaba hacia la entonces Unión Soviética y en uno de esos viajes es detenido y trasladado a la cárcel de Pankrac, pero después de algunas semanas de prisión salió en libertad.
En 1933, fue publicado en Tvorba, su novela corta “Teresita y el jovial embargador”. Luego se convirtió en editor del diario cultural “Halo” del Partido Comunista. Fucik se vio obligado a vivir en la clandestinidad. En 1936 formó parte de los defensores del pueblo español contra el dictador Francisco Franco. En 1938 retoma el periodismo.
Sin embargo, el nuevo gobierno decretó sin tardanza la prohibición de todas las publicaciones del Partido Comunista. Fucik sigue escribiendo artículos en la clandestinidad. Un año después el 15 de mayo de 1939, la ocupación del territorio Checo es total por parte del ejército nazi. Era el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Buscado intensamente, vive en Praga, ocultándose en hogares obreros. En esa situación sigue estudiando la historia de la literatura checa y reestableciendo contactos con miembros del primer Comité Central ilegal del Partido Comunista. En Nombre de la intelectualidad de su país escribe su “Carta abierta a Goebels”, el ministro nazi de propaganda en estos términos: “Pero si usted, calumniador infame se imagina que nosotros, intelectuales checos, tenemos menos orgullo y menos carácter que el pueblo del que brotamos, si usted se figura, que podrá reducirnos o atemorizarnos para que nos alejemos y vallamos con la Gestapo contra el pueblo; si usted piensa todo eso, oiga nuestra respuesta que le reiteramos, no, nunca, jamás”.
En 1941, al ser detenido los miembros del Comité Central por los nazis, Fucik quedó a cargo de la dirección política y de la propaganda en los medios de comunicación. Además de asegurar la publicación ilegal de “El derecho rojo”, editó la “Constitución de la URSS” y la “Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la URSS”.
Miles de comunistas y patriotas checos fueron encarcelados y ejecutados. La Gestapo quería liquidar el combate clandestino y terminar con el órgano dirigente del Partido Comunista. El 24 de abril de 1942 los nazis capturan a Julius Fucik.
Confinado a una mazmorra de los invasores, Fucik ofreció un viril ejemplo de resistencia y se mantuvo firme en sus principios, sin denunciar a sus compañeros de lucha clandestina ni negar su filiación comunista, desde la ocupación de su país natal.
Luego de intensas torturas, Fucik es juzgado en Berlín. Se le preguntó si reconocía haber ayudado con sus actos a la Rusia bolchevique, a lo que respondió: “Si he ayudado a la Unión Soviética, he ayudado al ejército rojo, y eso es lo mejor que he hecho en mis 40 años de edad”. El 8 de setiembre de 1943, quince días después de haber sido condenado, fue ejecutado en el presidio de Plotzensee, en Berlín. Por esa razón, el 8 de setiembre de cada año se celebra el Día Internacional del Periodista.
Al PIE DEL PATÍBULO
Su obra cumbre “Reportaje al pie del patíbulo” fue sacado hoja por hoja de la cárcel y publicada al culminar la Segunda Guerra Mundial, adquiriendo resonancia internacional por los hechos narrados.
Con el surgimiento del nazismo, también florecieron las ideas del fascismo y Europa sufrió el duro golpe de la Alemania nazi, dispuesta a colonizar territorios, esclavizar a los pueblos, aniquilar a las “razas inferiores” y expandir su nación.
Julius Fucik fue uno de esos héroes anónimos que lucharon contra los nazis. “Reportaje al pie del patíbulo” es un testimonio real que ni las torturas y chantajes lograron doblegar a Fucik y a otros héroes del comunismo. Su valentía y su heroísmo lo hicieron sentir que cumplía con su deber.
Su viuda, Gusta Fucikova, quien también había sufrido cautiverio, recuperó cada una de las hojas escritas por su esposo y pudo publicarlas en 1945. Ella relata y dice que después de la derrota de la Alemania hitleriana los liberados supervivientes fueron regresando de cárceles y campos de concentración.
En el campo de concentración de Ravensbrück se enteró que por parte de los compañeros de prisión de Fucik, que había sido condenado a muerte el 25 de agosto de 1943 por un tribunal nazi en Berlín. Intentó averiguar algo más sobre su esposo, pero no pudo encontrar nada.
Al regresar a su patria liberada buscó las huellas de su esposo, averiguando entre los presos que habían regresado. Se enteró que Julius Fucik había sido ejecutado en Berlín el día 8 de septiembre de 1943, quince días después de su condena.
También se enteró que había escrito algo mientras estuvo en la cárcel de Pankrac. Fue el guardián A. Kolínský quien procuró los medios para hacerlo, llevándole a la celda papel y lápiz y sacando clandestinamente de la cárcel las hojas manuscritas.
Gusta Fucikova tuvo una entrevista con el guardián y se enteró dónde estaban las hojas escritas por su esposo. Poco a poco recogió el material escrito por Julius Fucik que estaban numeradas y escondidas por varias personas en diferentes lugares.
El libro resultante es precisamente un “Reportaje al pie de la horca”. En total fueron 158 hojitas de papel que contenían uno de los más conmovedores documentos del siglo XX, un relato que adquirió gran resonancia mundial y que ha sido traducido a muchos idiomas.