Colonias de garzas pasan varios meses alimentándose en los potreros de Siuna

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Desde las cinco de la tarde se pueden ver decenas de garzas que llegan del oeste del este del norte y del sur del cerro Potosí en Siuna después de alimentarse en los potreros que hay en el Caribe de Nicaragua, a descansar en los árboles que están ubicado al sur de la laguna de Siuna, en la Región Autónoma de la Costa Caribe de Nicaragua.

El Ing. Luis Herrera Siles, Coordinador del Instituto de Estudios y Promoción de la Autonomía IEPA, de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense Recinto Las Minas, dijo que las colonias de garzas llegan desde Estados Unidos desde el 20 de octubre de cada año y pasan seis meses alimentándose mientras pasa el periodo de hielo en Estados Unidos, pero en mayo nuevamente emprenden el vuelo y se van de Siuna hacia Estados Unidos.

Herrera Siles, dijo que tiene 20 años de ver ese espectáculo en horas de la tarde, y desde el cerro se puede apreciar como grandes cantidades de garzas llegan a descansar en los árboles que están a la orilla de la laguna, en algunas ocaciones ha disfrutado junto a sus dos hijos.

Según cálculos del Ingeniero Herrera Siles unas 10 mil garzas llegan cada tarde a dormir e los árboles, pero se puede ver que algunas garzas por su vejez y otras que están enfermas se quedan en unos árboles dañados en la parte más baja.

“Aquí podemos ver como hay solidaridad entre ellas, porque muchas garzas que llegan en la tarde llevan alimentos para compartirlo con las garzas enfermas y viejas que se encuentran en la parte de debajo de los árboles” comentó Herrera Siles.

El también académico de la universidad URACCAN, dijo que una vez que se alimentan, hacen el viaje de Siuna hacia el Estados Unidos donde van a aparearse, anidan, para luego alzar el vuelo de retorno con sus polluelos en el mes de Octubre de cada año.

Herrera Siles dijo que la garza se alimenta de las garrapatas del ganado  por eso a las 6:00 am alzan el vuelo a los potreros donde pasan el día alimentándose hasta retornar a su hábitat para pernoctar durante la noche en los arboles al sur de la laguna de Siuna.

La garza blanca que habita en Siuna es un ave migratoria, son grandes colonias que vienen desde Estados Unidos en busca de alimentos ya que allá el hielo prácticamente las deja sin poder alimentarse y ellas tienen que emigrar a otros países en busca de alimentos.

La garza blanca sus  poblaciones fueron diezmadas por los cazadores de plumas a fines del siglo XIX, pero hubo una rápida recuperación a partir de la protección a comienzos del siglo XX. En las últimas décadas, la zona de reproducción se ha expandido gradualmente hacia el norte, mientras que hay pruebas de que las poblaciones del sur han disminuido.

Es probable que se reproduzca por primera vez a los 2 o 3 años de edad. A veces nidifica en pares aislados, pero con mayor frecuencia lo hace en colonias, a menudo mezclada con otras aves limícolas, cormoranes y ejemplares de pato aguja americano.

En colonias mixtas, las garzas blancas tienden a hacer sus nidos en lugares elevados. El macho selecciona el área de nidificación y se exhibe allí; primero expulsa a las demás aves y luego corteja a las hembras.

Las exhibiciones de cortejo incluyen emitir sonidos, volar en círculos y estirar el cuello con el pico hacia arriba. Nido: lo construyen en árboles o arbustos, a menudo a una altura de entre 3 y 12 metros, a veces en matorrales o pantanos muy bajos y en otras ocasiones a una altura de hasta casi 30 metros en cipreses altos.

El nido (construido por ambos sexos) consiste en una plataforma de ramas pequeñas que puede llegar a tener un gran tamaño.

La garza blanca es el símbolo de la National Audubon Society, organización estadounidense que se dedica a la conservación de la naturaleza, y representa el éxito de la protección animal. Sus hermosas plumas blancas fueron muy famosas en el siglo XIX en América del Norte, cuando los cazadores las atacaban para utilizar su plumaje en el mercado de la moda femenina Su población cayó un 95 por ciento. Hoy el panorama es positivo: estas aves han tenido protección legal durante el último siglo y su número ha aumentado considerablemente.

 

 

 

 

 

 

 

 

Comunicador/a Intercultural

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